EL MUSEO DEL TIEMPO                      VIVER - La Floresta

Nombre: Elena y Ángeles

Objeto/s: Cuadernos escolares y CD de Serrat

Elena: Yo quiero enterrar un CD de Serrat, porque para mí es un cantante especial. Desde 1968 tengo toda su discografía y libros sobre él. Soy fan. Mi canción favorita es Edurne, que habla sobre el problema vasco. Estuvo un tiempo prohibida, porque defender eso en aquellos tiempos era muy valiente. Son temas sociales que calan. La música me encanta, la tengo casi todo el día puesta. Te da momentos de todo tipo, cuando escuchas música se te olvida todo.

Ángeles: A mí no me gusta tanto la música, yo soy más lectora. Tengo muchísimos libros. Pero quiero enterrar estos cuadernos de mi infancia, tenía yo 11 años. Ahora que los leo de nuevo, veo que son todo política y que nos lavaban el cerebro. Especialmente el de “Formación Política”, que está sellado en Castellón y todo. Nos sabíamos los textos de memoria, una manipulación total.

Somos mellizas e íbamos a la misma clase. Estudiábamos con el mismo libro, que aún lo tenemos, lo guardamos todo. Pero ella pellizcaba las hojas del libro al pasarlas y las arrugaba, yo las planchaba. Ella es más meticulosa, llevaba la cartera ordenadísima, no se la podías tocar porque se daba cuenta; a mí me daba igual. Ella adora el cine, yo la música. A mí me fascina Egipto, me hubiera gustado ser arqueóloga, hubiera ido a Egipto a excavar. Pues a mí las piedras no me dicen nada, me interesan más las cosas creativas, algo de Bellas Artes.

Sin embargo, aunque somos muy distintas, en algunas cosas coincidimos. Cuando éramos pequeñas cogíamos las enfermedades a la vez y los dolores de tripa también. En el año 88 en la escuela para adultos hicimos una redacción sobre el lugar donde nos gustaría viajar. Estábamos sentadas cada una en una punta de la mesa, pero las dos escribimos la India. Y nunca lo habíamos hablado.

Ahora de mayores nos parecemos físicamente más que cuando éramos pequeñas. Y estamos más unidas que antes. Juntas, pero separadas. Yo acababa de enviudar y le dije “Podríamos vivir juntas” pero me respondió “Ni se te ocurra! no duraríamos ni dos minutos”. Es que cada una tenemos un genio. Mira, la palabra libertad es única y muy importante. Cada una tenemos nuestras manías, nuestras costumbres y… cada una en su casa.

Pero nuestras diferencias nos unen. Pensamos “qué suerte tener una hermana”, porque lo que le dices a tu hermana sabes que se queda ahí. Se lo puedes contar todo, no te hace falta ir a un psicólogo. Y aunque nos enfademos, al poco rato estamos juntas otra vez.